Aún recuerdo la primera vez que visualicé en movimiento el primer WRC de PS2, mostrando esos impresionantes (para la época) e infinitos escenarios, capaces de mostrar distancias hasta entonces imposibles, con un apartado gráfico genial y unas retransmisiones de órdago.
Lo cierto es, desde mi humilde punto de vista, que aunque superiores en opciones y en ciertos detalles, sus posteriores versiones no lograron superar al original en cuanto a calidad Arcade, aún siendo, insisto, mucho más potentes y conteniendo más opciones.
En 2005 nos llegaba la última entrega de los veteranos “Evolution studios” (grupo formado por ex-integrantes de PSYGNOSIS), marcando un cambio radical dentro de la saga en PS2.
Ahora, los escenarios ya no eran abiertos y no mostraban distancias descomunales, consiguiendo de esta forma y mediante la inclusión de fondos estáticos, centrar toda la potencia visual en los primeros planos.
Esto en parte es una alegría y en parte una decepción, pues es justo reconocer que ningún otro juego de Rally contaba con semejantes entornos y retransmisiones, para eso ya teníamos a los Colin Mcrae, los V-rally y demás juegos del estilo (salvo de comparaciones a Richard Burns Rally, por ser un simulador 100%).
La cuestión es que el juego, durante la acción, se muestra más detallado que nunca, con unos árboles, edificios y demás componentes de los circuitos que son, sin duda alguna, de lo mejorcito en PS2 (dentro del género), consiguiendo concentrar en los planos cercanos todos los polígonos que hubieran hecho falta para las lejanías a las que nos tenían acostumbrados.
Coches, humo, efectos de luz, entornos y demás filigranas lucen muy bien, viéndose solo empañados por la ajustadísima calidad de las físicas (demasiado simples) y por una representación del público poco convincente (aunque efectivo).
Definido su aspecto gráfico (muy bueno), debemos centrarnos en su jugabilidad, que recuerda en exceso a las entregas 3 y 4, aportando muy pocos extras o diferencias de control, siendo lo más destacable el extraño compendio de pruebas divididas en tres etapas… Algo inaudito en la serie y más que sorprendente en un juego con licencia oficial.
Sus circuitos no son todo lo variados que debieran, aun siendo portentosos, reciclan vegetación, iluminación y demás factores diferenciadores que, por ejemplo, quedan mejor definidos en la saga Colin Mcrae. Pero que quede bien claro que la realización de WRC Evolved es superior.
En cuanto a dificultad de tramos, (y volviendo a excluir a Richard Burns Rally) Colin Mcrae 3 sigue siendo el líder a batir en las 128 bits, con tramos mucho más traicioneros y curvas ciegas por doquier, cosa que Evolved obvia casi por completo, resultando en circuitos bastante entretenidos pero no muy desafiantes.
Cabe destacar, con respecto a los tramos de Evolved, que en esta ocasión tendrán mucho peso los “sucesos aleatorios”, logrando en muchos casos sorprendernos con derrumbamientos de tierra, rocas, troncos y similares, siendo muy de agradecer estos sucesos que, como indico más arriba, son aleatorios, pudiendo pasar varias veces por un mismo sitio sin que suceda nada y, a la siguiente vez, ocurrir sin previo aviso.
Evolved cuenta también con un modo carrera con contrincantes, en circuitos por vueltas, nada sorprendente pero muy de agradecer y que cuenta con una IA bastante competente. Este modo ha de contemplarse como un extra, por su sencillez y escasa duración.
A nivel de sonido el juego cumple con las mismas calidades de sus anteriores capítulos, reciclando gran parte de su paleta de sonidos y siguiendo sin encontrar un sonido de motor algo más digno, aunque para nada molesto.
En cuanto a daños y mecánica, el juego se queda algo corto (sobre todo en daños, en mecánica no está nada mal), encontrando títulos como Colin Mcrae 04 que lo vapulea en los detalles de destrozos, pero, como en casi todo lo demás, es eficiente.
A nivel de vistas, las mismas de anteriores capítulos, destacando en esta ocasión una vista de cabina algo más efectiva.
MI OPINIÓN
Un juego muy Arcade, divertido y bien realizado, que pierde un poco de fuerza por no ser demasiado variado con sus escenarios, pero que compensa su carencia con unos primeros planos asombrosos para una PS2.
Si buscas un simulador no te acerques a este juego, en cambio, si lo que quieres es pasar un buen rato con el volante enchufado, es un buen candidato.
No supera a su primera parte en cuanto a espíritu e innovación, pero se sitúa muy a la par de WRC 4, cambiando simplemente el comentado sistema de “circuitos abiertos”.
Un juego muy entretenido y vistoso, que no se puede tildar de imprescindible, pero sí de agradable y divertido, aún con sus carencias.