Existen juegos, dentro del basto catálogo de Super Nintendo, reconocidos como rarezas, lo que a veces los convierte en inmediatamente deseables por esta “cuestionable” virtud. Y me refiero a “cuestionable” por que, en algunos casos como en el que nos ocupa, nos encontramos con un juego que, además de raro, es bastante malo…

Musya nos propone un cuento tradicional japonés en forma de videojuego, y nos cuenta como Imoto (el protagonista) debe descender a los infiernos en busca de su amada Shizuka (Divina Comedia en versión Nipona).

A parte de lo romántico y lo brutal de su narrativa original, Musya como juego es un despropósito a nivel jugable, contando con un diseño de fases muy soso (no a nivel artístico) y unos controles bastante flojos. El salto tiene una medición extraña y los ataques son muy poco prácticos, sobre todo el ataque normal con la lanza del protagonista, que apenas se utiliza, pues contamos con un ataque rotativo infinito…

Sin embargo, a nivel artístico, el juego cuenta con un diseño muy bueno (aunque falla por culpa de unos personajes diminutos y unas animaciones de muy poco nivel), y unas fases sumamente originales en cuanto a su concepto. De todas formas, su concepción es bizarra en exceso, y oscura como en casi ningún otro título de la plataforma.

Algunos de sus “Bosses” son magníficos y sumamente originales (además de grandes), pero en cambio, otros, son simplemente patéticos o fáciles de olvidar. Musya es un juego muy mal concebido, con extraños patrones de ataque de los enemigos, muy bajas dificultades en gran parte de su desarrollo y, en cambio, momentos de dificultad disparatada, en comparación con lo anterior, en momentos muy concretos.

Además de nuestra arma principal, contamos con una serie de hechizos que encontraremos dispersos en las fases y al derrotar a los jefes finales. Estos funcionan mediante un menú representado por “Kanjis”, lo que hace un tanto más difícil su comprensión para los no japoneses.

Sus hechizos son similares (en comparación), a los ataques mágicos de Shinobi, teniendo un efecto demoledor en el momento de su utilización.

A nivel sonoro me ha gustado bastante lo que ofrece el título, pero jamás pasará a la historia por su calidad compositiva o de FX. Son adecuados y acompañan con la extraña atmósfera del videojuego, pero poco más.

Musya solo necesitaba de un control más ágil y mejor medido, a la par que unas fases más divertidas para resultar en juego que, aun sin destacar, se pudiera considerar entretenido, pero la verdad es que se queda en un producto aburrido. Solo se lo recomendaría a aquellos que sean afines y sientan especial predilección por el folklore japonés.

Si os gustan los entornos opresivos y/o aterradores, posiblemente también os llame la atención, siendo similar en concepto (aunque a un nivel más folklórico) a lo que diseñaría el señor “Gigger” si le pidieran crear una ambientación similar.

El juego, en su versión USA, se vuelve más cómodo de entender, pero presenta diferentes censuras para con algunos monstruos y diseños del juego (uno de los monstruos en versión JAP cuenta con testículos, y en versión USA no…).

MI OPINIÓN

Aunque no es un juego caro, ni difícil de conseguir en perfecto estado, evitarlo a toda costa, pues es un título soberanamente aburrido. Solo destaca por su sonido y sus fabulosos diseños; el resto es un despropósito.

Juego NO RECOMENDADO.