Mucha polémica ha perseguido a este título desde los rumores de su lanzamiento. Su anterior entrega, el cuarto episodio oficial, dio un salto evolutivo a todo lo anterior y dejó el listón muy alto, cosa que hizo que las expectativas ante esta quinta parte fueran enormes.

En seguida le cayeron multitud de críticas: críticas racistas más que injustificadas, de control y desarrollo, críticas “on-line”… Un sinfín de “peros” que se vieron acallados por la impecable realización gráfica y la potencia mostrada en escena por las máquinas de nueva generación.

Vamos a ver: ¿Esta quinta entrega es simplemente otro Resident? Sí, pero no por eso es malo.

Cierto es que tiene algunos puntos que se podrían haber hecho distintos o que parecen simples al lado del aspecto global del juego, sin embargo, a priori os diré que es un juego que cumple perfectamente su cometido.

Justo termino de jugarlo y quería daros mi punto de vista más sincero sobre él. Como siempre, comentar que en el análisis me centro en la parte clásica del mismo “one player” y “off-line”.

Soy fan de la saga desde el primer episodio lanzado por PSX. Me han gustado casi todos a excepción de los “shotters” y los “Outbreak” y me costó un poco acostumbrarme al paso del Verónica al 4, sin embargo, con el tiempo me adapté y me entregué a él.

Cuando me preguntan sobre mis preferencias, contesto: “Code Verónica” aunque seguido de cerca por el remake del original de Game Cube y el 4. Y cuando me preguntan si me ha gustado la quinta entrega no puedo más que decir SÍ

¡Fuera de serie! Dignos de la generación actual.

Localizaciones súper realistas y detalladas, efectos de luz y sombra magistrales, animaciones perfectas y unas texturas tanto de los personajes como de  materiales increíbles.

Un conjunto que roza casi el diez, acentuando la ambientación peliculera que tiene: escenas animadas de alto nivel, tomas de cámara y fotografía muy bien escogidas y un “look” Matrix que nunca cansa.

Tan sólo unas pequeñas brusquedades en el movimiento de los protas o en algún que otro detalle se le pueden reprochar a un aspecto que, sin lugar a duda, es el plato fuerte del juego.

Correcto para ese tipo de juegos. A parte de la canción final, el resto son melodías acordes con el argumento que van cambiando de intriga a acción dependiendo de la escena.

Los efectos están más que correctos y si jugamos con un buen equipo 5.1, seguro que en algún momento giramos la cabeza con cara de miedo.

Pues el más que típico de todos los Residents… Una prometedora trama que cae pronto en la monotonía de la saga: nuevo virus, nueva arma biológica, nuevo monstruo. Sin embargo, el hecho de estar implicados en ella antiguos conocidos, hace que nuestra nostalgia nos la maquille un poquito.

El único punto bueno y cogido con pinzas es que mediante las ya más que típicas notas científicas encontradas por doquier, se conecta tímidamente toda la historia de la saga desde los bosques de Raccon City hasta la actual África.

Éste es el apartado más cuestionado y con razón de todo el juego. Un control de personaje algo tosco, sobretodo en sus giros y en la acción de disparo junto a un menú en tiempo real hacen que la primera toma de contacto con el juego sea bastante decepcionante. 

La vista del jugador es al estilo del Resident 4: una mezcla entre tercera y primera persona que resulta bastante intuitiva y que una vez acostumbrados a ella se hace ideal. El problema más grande y que rompe completamente con los otros juegos, tal y como ya os he avanzado, es el menú de objetos.

Éste es en tiempo real, por lo que al principio desorienta muchísimo y dota el juego de un frenetismo casi agobiante. Imaginaos estar mezclando hierbas para curarse mientras te están atacando por todos lados.

Sin embargo, no estamos solos, contamos con la ayuda de Sheva Alomar. Una compañera de misión que intentará por todos los medios revivirnos hasta que salgamos airosos de las situaciones más complicadas.

Cuando se nos termine la salud y estemos a punto de morir, si ella se encuentra cerca, correrá a inyectarnos medicina para reanimarnos.

No obstante, paradójicamente, el hecho de contar con Sheva hará que al principio o en niveles altos de dificultad, se nos aumente considerablemente el estrés, ya que si ella perece, se termina el juego.

Un ingrediente que viene muy bien y que dota el juego de mayor realismo pero que en los primeros ápices de juego puede llegar a descolocar. Este detalle tampoco es del todo nuevo, ya que en gran parte de Resident 4 ya íbamos acompañados y las situaciones eran parecidas. 

Este paralelismo junto a muchos otros hace que la originalidad de este juego quede en entre dicho, ya que en muchas ocasiones te da la sensación de ya haberlo jugado. Esto, junto al flojito argumento que presenta, es lo que me ha hecho reflexionar de si debe o no una saga ser interminable.

Los Resident Evil tampoco han sido nunca juegos de excepcional argumento ni de un gran fundamento pero sí creo que ya que el nivel de juego va subiendo gracias a las nuevas tecnologías, ya no basta el típico: nuevo virus, nueva arma biológica, nuevo monstruo. Además, otros juegos anteriores como el Verónica, el Zero o incluso el propio 4 se comen en patatas a esta quinta entrega.

Sea como sea y dejando de lado el argumento, una vez te haces con los controles, este Resident Evil 5 resulta ser un juego bastante completo que de bien seguro no te dejará despegar del sillón.

Para mi, no el mejor Resident de la saga, pero sí uno de los más espectaculares. Cumple bien su cometido aunque precisa de un tiempo de adaptación.

Para terminar, comentar a tono de anécdota final, que tanto el jefe final como el propio final del juego me han sabido a muy poco.

Un tirón de orejas a la gente de Capcom.