Revolution es el Ridge Racer en tierra de nadie. Un juego amado por algunos y mal aceptado por otros. Pese a ello, en general, y esto es lo importante, hay que quedarse con una idea que no se puede contrariar: supera en todo al Ridge Racer original de PSX (bueno, puede que su sistema de derrape no sea tan intuitivo…).

Y esto es así de real, pues no debemos olvidar que el genial juego de Namco (el original) apareció prematuramente para la sobremesa de Sony y, aunque consiguiendo un “port” bestial para su época, recordemos su escaso aprovechamiento del sistema en cuanto a potencia gráfica, sus leves e incomprensibles fallos y, sobre todo, su lentitud en comparación con este nuevo título.

No me malinterpretéis, yo no cambio mi Ridge Racer de PSX por nada del mundo, pero es cierto que era un juego muy limitado en comparación con lo que podía dar de sí la increíble Palystation (Type 4 y Ridge Racer Turbo ya se encargarían de demostrarlo años más tarde…).

En Ridge Racer Revolution encontramos de nuevo tres circuitos, con posibilidad de desbloquearlos en el modo espejo, que aún siendo un número bastante limitado, ofrecen una calidad indiscutible para su época, mostrando inclusive ciclos de día/noche y una “texturización” muy superior a la del original.

Más texturas, más polígonos, más velocidad (cuando alcancé por primera vez los 200km/h, pensé que era el juego más rápido que mis ojos presenciarían en la vida...). Pero, eso sí, seguíamos sin un modo de dobles a pantalla partida, aunque a cambio, Sony, nos obsequió con un fabuloso “HEAD TO HEAD” mediante la conexión de dos consolas (sistema del que soy forofo en cualquier juego que lo posea, por encima de los modos a través de Internet).

Cabe decir que, en este modo de dobles mediante “Link Sytem”, podremos jugar como extra a los circuitos originales del primer Ridge Racer, y esto me lleva, sin apenas darme cuenta, a confirmar que, en efecto, los tres circuitos de Revolution son diferentes y mucho más vistosos (sin embargo, como romántico que soy, me quedo con el diseño original…).

Además de los tres circuitos nuevos, en esta ocasión contamos con 12 coches diferentes, sin contar con un modo “Buggie” que se desbloquea al destruir a todos los marcianitos del Gálaga, que sigue apareciendo al inicio de carga del juego. Por cierto, una de las novedades más marcadas y geniales de esta nueva versión era su espejo retrovisor, del que carecía su versión original.

También hay que comentar que su BSO pertenece a la recreativa de Ridge Racer 2, con algún tema nuevo y remezclas de los clásicos, siendo este apartado uno de los más destacables dentro de la saga (superando, para mi gusto, inclusive a la laureada BSO de Type 4).

Desde luego, puede que el que en su día comprara el original se sintiera algo defraudado pues, aunque mejor en todos los aspectos, es cierto que no aporta variedad suficiente en comparación. Aún siendo, repito, superior en todo.

Suena mejor (aunque aquí también podremos poner nuestros CD´S, como en el original), se ve mejor, se controla mejor y es más rápido, aunque igual de limitado, lo que se le perdona desde el inicio por su “pureza Arcade”.

Un último apunte: existen formas diferentes de acabarse Ridge Racer Revolution, dependiendo estas de la propia dificultad y, sobre todo, evitando “el camino lineal” que marcaba su predecesor.

MI OPINIÓN

Tengas, o no el original, Revolution es un imprescindible de PSX, siendo un juego superior al original pero igual de limitado, sin embargo, es un “pura sangre”, uno de esos juegos inimitables que nos recuerda a un tiempo en el que, NAMCO, ponía mucho más empeño en mimar a su saga predilecta (en PSX).

Un clásico para cualquier coleccionista que se precie, y un juegazo recomendado a todas luces para disfrutar de su “Link System”.

A este juego solo le pondría un pero: no me gusta, en comparación, su sistema de control, siendo el derrape mucho más difícil en este juego que en el original, aunque es más una cuestión de gustos, no está de más decir que, Ridge Racer era mucho más trepidando e intuitivo en este aspecto concreto.