Little Big Planet es un juego distinto. Un plataformas, con ápices clásicas, original como pocos.

La gente de Media Molecule ha dado en el clavo sacando un buen juego enfocado a un género bastante marginado en la generación actual.

Desde que pones el juego ya te percatas de que no es un juego más, sino un juego ideado y desarrollado para sorprender. Personalmente, desde el Clock Work Knight de Saturn no había jugado a un plataformas tan impresionante.

No os dejéis intimidar por su aspecto infantil pues el juego resulta un adictivo para todas las edades.

Mucho se ha laureado su modo “online” y su grandioso editor de escenarios. Y es que resulta que la gente de MM han adjuntado en el juego, un editor de escenarios casi perfecto.

De hecho es como si hubieran puesto a manos de los usuarios, las mismas herramientas con las que ellos crearon el juego.

Con esto, y grandes dosis de imaginación, se pueden construir miles de escenarios y personajes nuevos que si lo sumamos a las posibilidades de Internet nos da como resultado un juego casi interminable… 

Yo, como jugador solitario que soy, voy a analizar el juego basándome en la faceta más clásica del mismo: modo historia y “one player”.

Lo primero que llama la atención, al meter el juego, es su aspecto gráfico. Te da la sensación de estar presenciando un espectáculo de marionetas virtual.

La física de os materiales es tan real que parece que la pantalla de la TV sea un mero cristal y que lo que estás viendo sea un espectáculo de marionetas en su interior. De verdad es genial el movimiento de los materiales y sus inercias (cartón, madera, moqueta, esponja...). 

LA HISTORIA: 

¡Ah! Pero ¿hay historia?

Más que historia, lo que hay es un absurdo hilo argumental (con grandes dosis de humor inglés) que nos entrelaza las fases.

Un argumento totalmente prescindible, narrado por unos seres de lo más inverosímiles, que nos va guiando a través de un recorrido mundial, haciendo escala en distintas localizaciones nutridas de tópicos, elementos y materiales que las hacen de fácil reconocer. 

Tampoco es que la historia haga falta para nada, ya que el juego tiene calidad suficiente como para gustar por el simple hecho de ser divertido.

En cuanto a la jugabilidad, comentar que a la primera toma de control el juego parece bastante lioso, ya que nuestro personaje hace mogollón de acciones desde su POP-IT (panel de control). Sin embargo, al jugar te das cuenta que muchas de esas acciones, son meramente opcionales.

Es como estar delante de un juego con multitud de opciones secundarias que, en realidad, no hacen falta alguna. En verdad necesitaremos controlar mínimamente el POP-IT, sin embargo, no os asustéis porque, como hemos dicho al principio, el juego es un plataformas bastante clasicote.

El POP-IT y sus múltiples acciones hacen que el juego sea recomendado tanto para puristas como para vanguardistas.

Los más puristas solo tienen que usar tres botones: saltar, correr y agarrar, mientras que para los que piden más, el POP-IT tiene infinidad de utilidades extra.

Otra cosa a comentar es que el juego, todo y ser en desarrollo 2D, tiene sensación de profundidad (como si de tres planos de scroll se tratara).

Esto, junto a una acción de salto un poquito inestable, hace que cuando tenemos que pegar saltos encima de plataformas en diferente profundidad, la precisión quede algo en entredicho… No obstante, las demás acciones son súper suaves y conseguidas. 

El POP-IT y sus múltiples acciones hacen que el juego sea recomendado tanto para puristas como para vanguardistas.

Los más puristas solo tienen que usar tres botones: saltar, correr y agarrar, mientras que para los que piden más, el POP-IT tiene infinidad de utilidades extra.

Otra cosa a comentar es que el juego, todo y ser en desarrollo 2D, tiene sensación de profundidad (como si de tres planos de scroll se tratara). Esto, junto a una acción de salto un poquito inestable, hace que cuando tenemos que pegar saltos encima de plataformas en diferente profundidad, la precisión quede algo en entredicho… No obstante, las demás acciones son súper suaves y conseguidas.

Y poco más a comentar de este juego que basa su principal atractivo en la fuerza gráfica. Fuerza gráfica que deslumbra por la realidad conseguida por sus materiales.

El juego en si es bastante corto, aunque suficiente, y su jugabilidad está asegurada durante el mismo.

Un juego de plataformas distinto a todo lo que hayamos visto hasta la fecha, aunque bastante clásico en esencia. Un invento de Media Molécula que vale la pena probar.

Elegante, curioso, palpable, divertido…