Otra de las joyas prohibidas de Sega Saturn, al menos para los menores de 18 años…

Tras este adjetivo tan poco usado en la historia de SEGA (Virtua), encontramos unos de los juegos más picantes del catálogo Saturn. Un juego de la mano de Akklaim y Transpegasus que nos demuestra, una vez más, que la 32Bits de SEGA no era solo una consola para niños. 

Después de escribir el reportaje sobre los juegos para adultos de dicha consola, me entró la curiosidad por esta rareza nipona que, junto al Yakyuken Special, se podrían tildar de los dos juegos más “fuertes” del catálogo Saturn y, posiblemente, de toda la generación 32 Bits.

Quiero dejar muy claro que no se trata de un juego pornográfico, pues cualquier vídeo actual que se pueda encontrar por Internet supera con creces su contenido sexual, sin embargo, si nos ponemos en la piel de un jugón de hace más de quince años, topar con esto ya representaba “Sodoma y Gomorra”…

Tampoco es que sea un producto sumamente recomendable, ya que su mecánica de juego es simple y aburrida, pero, sí se puede etiquetar como “rareza-joya” por lo que debió representar en su momento y por la osadía de salir para un sistema de videojuegos doméstico.

La calidad de imagen, para ser Saturn, no está nada mal, mostrando vídeos a ¾ de pantalla, de una durabilidad aproximada de un minuto y una resolución francamente aceptable.

La finalidad del juego no es otra que aprender a fotografiar modelos femeninos. Tres coquetas damiselas se irán poniendo y sacando modelitos con la intención de ayudarnos a afinar nuestra puntería fotográfica. Así de simple, así de contundente. 

Un concepto de juego, de atracción masculina universal que, junto al toque “retro-friki-divertido” que los japoneses les daban a ese tipo de productos prohibidos, dota al juego de un aspecto global interesante (siempre desde el punto de vista del que ya busca un producto curioso).

Según leí alguna vez por la red, este juego se rodó en la mismísima mansión Playboy (o una de las tantas). Desconozco totalmente si esto es cierto, sin embargo, la casa en si misma tampoco es el aliciente principal, pasando totalmente desapercibida… Ahora bien, de ser verídico este dato, nos podríamos hacer una idea del grado de “guarrindongismo” que se pretendía alcanzar con este título.

Visto a día de hoy, y avisándoos de que no es un juguete sexual, este juego ofrece una buena dosis de retro-erotismo japonés que lo convierte en una pieza visualmente atractiva.

Las tres modelos que posan en el juego, se desnudan al completo mostrando todos sus encantos… bueno, como comprenderéis todos no, pero, tratándose de un videojuego de consola doméstica llegan MUY lejos.

Al principio, el juego puede parecer desesperante, ya que no sabemos cuando disparar la foto y el carrete se nos termina enseguida, no obstante, cuando aprendes a plasmar los momentos exactos (miradas sensuales, destapes, poses friki…) se vuelve bastante accesible.

En fin chicos, para valorar este título, debemos centrarnos en lo que este juego representó en su momento (que no debió ser poco) y valorarlo como una rareza (al tratarse de un título para adultos en una consola 32Bits), porque, pase a que al principio engancha bastante el hecho de ir descubriendo las chicas y sus modelitos (a cada cual más sensual), al finalizar las rondas te das cuenta de que disfrutar jugando, lo que se llama disfrutar jugando, tampoco lo has hecho…

Toda acción se resume en ir pulsando un solo botón… 

Sinceramente, tras jugarlo un buen rato, creo que, al igual que pasa con el Yakyuken, este juego fue editado como algo más que un simple juego, pues su carga sexual era muy alta para aquél entonces.

Hoy en día, pasados más de quince años, cuesta darse cuenta de este detalle, sin embargo, juegos como este nos demuestran, una vez más, lo avanzados que estaban los japoneses en materia “lúdico-visual”.

Ni hoy en día, con una mucho mayor conciencia popular, hemos llegado a este nivel: el punto en que, para un sistema de sobremesa, haya contenido para todos los públicos y que éste coexista sin prejuicios. Sí, ciertamente podemos escoger entre más violencia o menos, pero siempre, dicha elección está envuelta en polémicas.

Y es que como decía aquella canción de No me pises que llevo chanclas: “… Japón: mira que lejos está Japón…”

Un par de vídeos del juego. El primero queda entrecortado por falta de batería, pero no os perdáis lo Friki que es…