Uno de los primeros anuncios (bombardeo intensivo, diría yo) sobre lo que nos llegaría con la nueva generación de videoconsolas.

Sería el nuevo capítulo de la inigualable saga Alone in the dark, creada por los veteranos Infogrames y que supuso en su día toda una revelación (y éxito de ventas) en el panorama videojueguil.

Supongo que Atari intentó repetir éxito con un título “pura sangre” e intentar consolidar de cara al futuro una saga harto conocida por el gran público, pero que no estaba en boca de nadie en ese momento. (Recordemos como anecdótico, que el primer Alone in the dark, hizo dispararse de forma exagerada la venta de “IBM y COMPATIBLES” 286).

El caso es que Atari puso toda la carne en el asador: invirtió cantidades ingentes de dinero en producir y promocionar su nueva versión del gran título. No obstante, ¿Qué fue lo que pasó?, pues es sencillo adivinarlo: se pegaron el gran batacazo!

Que nadie se lleve a engaños, realmente, el nuevo Alone in the dark no es un mal juego (opinión personal, claro) pues ofrece una ambientación y un diseño que muy pocos títulos han podido conseguir, a parte de una banda sonora francamente increíble. Sin embargo, donde patina el título sin discusión alguna, es en lo más básico: su control.

No existen palabras para definir lo pésimo del control sobre el personaje. Tanto en primera como en tercera persona, el sistema de apuntado es horrible y la forma en la que controlamos al personaje durante el transcurso del mismo, es digna de mención por lo poco intuitiva y mal implementada que está. Claramente, un fallo, ya que un juego puede fallar en todos los aspectos menos en el del control.

Si obviamos el tan desastroso fallo (sé que es difícil), nos encontramos con un juego lleno de matices estupendos, una realización soberbia, sobre todo en cuanto a diseño de escenarios y personajes se refiere. Además, como colofón, una banda sonora de muchos kilates.

El juego está construido de igual forma que una serie de televisión, es decir, por capítulos (a los cuales se puede acceder de forma inmediata, incluso sin haber superado los capítulos anteriores. Una forma ingeniosa de no dejar a nadie estancado).

Este Alone in the dark bebe directamente de sus precursores, pero al ser totalmente en 3D, nos ofrece la posibilidad de jugarlo en primera o tercera persona (recordemos que los 4 títulos anteriores utilizaban polígonos sobre fondos pre-renderizados) es decir, con cambios de planos según avanzamos o manteniendo la vista típica de cualquier FPS.

Su forma de juego es exacta a la de sus versiones anteriores o a saga Resident Evil (“survival horror”). Resolveremos pequeños puzzles que suelen ser lógicos, buscaremos pistas sobre la trama e interactuaremos con el resto de personajes que pueblan el juego, tanto amigos como enemigos.

Otro desastre sin explicación es el inventario (el cual es la propia chaqueta de nuestro protagonista), limitado en exceso (aunque siempre hay quien disfruta de estos detalles), pues entre los cargadores, las propias armas, las vendas, los desinfectantes, las pilas de la linterna y cualquier otro objeto que necesitemos portar, siempre se nos quedará pequeño.

Mención especial al sistema de cura, muy original, pero mal implementado (como todo lo concerniente al plano jugable), que nos obliga a utilizar una especie de desinfectante para las heridas leves y vendajes para detener las hemorragias.

También quiero destacar un elemento muy bien implementado en el juego: el fuego, un aliado importante durante el transcurso de la aventura y que nos ayudará, entre otras cosas, a acabar con la existencia de nuestros enemigos del más allá.

MI OPINIÓN

La primera vez que jugué a Alone in the Dark en mi PC, disfruté como un enano con sus cinemáticas (generadas en tiempo real) y su magnífica ambientación, llamándome poderosamente la atención el majestuoso acabado de los personajes y los escenarios (muy, muy buenos), pero con la sensación de estar consumiendo un juego lanzado antes de tiempo y lleno de “bugs” (incontables, pero de poca importancia general), pensando mientras avanzaba en lo increíble que hubiera sido si hubieran implementado un control más digno.

En definitiva, un juego para deleitarse en muchos aspectos, pero no  jugable. Aún así, merece la pena echarle un ojo (de principio a fin) y sin excusas, ya que lo podemos encontrar nuevo por unos 10€.

Una súper producción inacabada, pero en el fondo una súper producción.