¡Bienvenidos al circo de la lucha!
Posiblemente, muchos de los que leáis este documento no compartiréis mi visión, sin embargo, siento la necesidad de hablar de él para criticar una tendencia que corre el riesgo de devaluar, en exceso, a un género que, precisamente, no atraviesa su mejor momento.
El género en cuestión es el de la lucha en 3D, o sea, con personajes poligonales…
Este tipo de juego, fue la evolución directa (e inevitable) a los clásicos Arcades 2D de Capcom y SNK (entre otras) que tanto nos alucinaron en su momento. No voy a decir que vertiente es mejor (yo, personalmente, me decanto por la clásica), sin embargo, reconozco que esos juegos poligonales hacían falta.
Sagas cono Virtua Fighter de SEGA, Tekken o Soul Blade de NAMCO, Dead or Alive de TECMO… Rompieron los moldes de los juegos con fondos planos y muñecos dibujados para pasar a otro nivel de realidad y acción. Sin ser comparables, debemos admitir que era el camino lógico a seguir, por lo menos a nivel gráfico.
Como que los juegos totalmente en 3D, todo y ganar en espectacularidad, perdieron en velocidad y respuesta, se inventaron los que, todo y ser poligonales, contaban con un solo plano de lucha. Tampoco esos llegaron a la vertiginosa velocidad mostrada en algunas joyas 2D, sin embargo, se les acercaron mucho, llenando así, el eslabón perdido entre ambos mundos.
Actualmente, tanto en la pasada generación como en la actual, dichos juegos 3D han llegado a un nivel de diseño y espectáculo sublime.
Sus fondos son terriblemente bellos y detallados, sus personajes están diseñados a la perfección, distando a años luz de los toscos patrones mostrados por los originales, sin embargo, el género parece estancado en un pozo de ideas, del cual, las compañías tienden a salir agarrándose al, ya más que típico, híbrido entre sagas.
Todo empezó en el año 1996, cuando Capcom obtuvo la licencia de Marvel Comics para llevar a los Súper Héroes de esa firma al videojuego.
Rápidamente, unieron dicha franquicia a su gallina dorada (Street Fighter) con un resultado, ciertamente acertado. Dicho juego, llamado X-Men Vs Street Fighter, empezaba un camino paralelo a las sagas existentes. Un hipotético torneo o competición entre dos mundos, totalmente distintos, pero que, gracias a un diseño gráfico sublime y a la perfecta compenetración que permiten los patrones de cómic y de videojuego 2D, terminó con un juego alucinante, técnicamente imponente y con unos golpes especiales nunca vistos hasta la fecha.
Tras ese exitoso experimento, y como suele hacer Capcom, vino lo inevitable… Marvel Vs Capcom, Street Fighter Vs Marvel, Marvel Vs Capcom 2, Marvel Vs Capcom 3…
También debemos citar, y laurear, la insólita unión que en 2003 apareció en formato videojuego. La unión deseada por cualquier jugón de la época y que siempre había parecido más que imposible. SNK y Capcom juntaron sus personajes en, posiblemente, el juego mixto con más glamour de cuantos puedan existir.
Dos fueron los juegos programados: SNK Vs Capcom Chaos, para la consola NEO GEO y, posteriormente Capcom vs SNK.
Juegos de lujo, programados por ambos compañías bajo su propio estilo gráfico que, tanto en NEO GEO, como en Dreamcast (NAOMI), representaron un balonazo de oxigeno para todos los clásicos.
El clímax de la unión fue programado para la consola/placa de SEGA y se llamó SNK Vs Capcom 2; un juego precioso y perfecto, en el que, junto a unos gráficos de fondo con realces 3D, unía, a la perfección, y bajo el control de Capcom, lo mejor de ambos universos.
Tras esta necesaria y curiosa unión, los demás mixtos, exceptuando el genial Tatsunoko Vs Capcom y el Smash BROS (por ser algo distinto) han visto la luz un montón de híbridos con el solo pretexto de vender de forma fácil y rápida.
No quiero negar que hace cierta gracia poder luchar con jugadores prominentes de otros géneros, sin embargo, si analizamos bien dichos juegos, no tienen otra finalidad que el espectáculo, y esto, tras unas pocas partidas, se convierte en monotonía.
También debemos tener claro que no todos los géneros o estilos gráficos son mezclables. Así como el universo Tatunoko o el Marvel, al provenir del cómic / Manga son ideales para mezclar con videojuegos, no podemos juntar depende que franquicia porque el resultado es algo más que patético.
Así mismo, es absurdo juntar mundos tan dispares como Samurai Shodown o Metal Slug en un mismo juego, ya que tanto la estética de los luchadores, como sus ataques especiales, rozan lo paranormal… Por Dios, si en el Faighters Megamix de SEGA luchábamos incluso con el coche de Daytona…
Muy gracioso sí, pero aportación real al título = 0. Solo le salva el hecho de ser un extra, pues si no recuerdo mal, ese luchador lo obteníamos al terminar el juego en alguno de sus modos.
SNK, con su NEO GEO Battle Coliseum y Capcom con el Marvel Vs Capcom 3 (por citar algunos), nos demuestran que, ante todo, les importa más vender que innovar.
También debo admitir que ningún juego de lucha ha tenido nunca un argumento demasiado sólido o creíble. Franquicias como Tekken o Soul Calibur, en algunos de sus episodios, han profundizado algo más que la media en ese aspecto, ofreciendo unos modos de juego extra bastante logrados, sin embargo, nunca, éste, ha sido un requisito que pareciera importar demasiado a los jugadores.
Los ingredientes básicos de un buen juego de lucha (según la cultura popular) son unos patrones de luchadores correctos (y si hay tías buenas mejor), unos gráficos de fondo aceptables y una correcta jugabilidad. Con esto, desde siempre, nos hemos dado por satisfechos, motivo por el cual las compañías tampoco se han esforzado mucho en cambiar.
No sé que creéis vosotros, pero el género de la lucha 3D puede tener los días contados si las compañías no se esmeran un poquito más en él. Creo que ha llegado la hora de pedirles cuentas y no conformarnos con “otro más”.
En parte,
este “enfado” viene respaldado por este último ejemplo comentado: el Marvel Vs Capcom 3.
No es que el juego me haya defraudado en todos sus aspectos, ya que técnicamente está muy logrado, sin embargo, lo encuentro faltado de chispa.
Tras un buen rato de juego, me da la sensación de ser un producto para, y pensado, llenar el expediente. Me sabe mal porque había depositado muchas esperanzas en él y no me siento satisfecho. Puede que a uno no le guste mucho una evolución, como ha podido pasar con juegos como Street Fighter IV o King of Fighters XIII, sin embargo, ante productos simples o absurdos todos debemos coincidir.
La guindilla final de mi crítica, la dedicaría a NAMCO por su saga Soul Calibur. Juego que nos sorprendió en Playstation y nos enamoró en Dreamcast, viéndose elevado en esta última consola, a la denominación de obra de arte digital.
En sus posteriores apariciones, a excepción del tercer capítulo, se han añadido luchadores importados de otras franquicias que no siempre han sido del todo acertados. Primero fueron Heihachi, Spawn o Link, más tarde Drak Vader, el maestro Yoda, Kratos… Y yo, desde mi humilde posición, me pregunto: ¿Hacen falta luchadores importados en una saga tan completa como Soul Calibur?
No sé, vuelvo a repetir que, posiblemente, estas mezclas no sean malas para el género, sin embargo, no me podéis negar que un abuso de ellas, o una mala elección, tampoco aporta mucho, que digamos...