¡VAMOS A TOSTAR CASTAÑAS!

 

En esta ocasión os presento mi última locura en formato híbrido. Lo que, en teoría, tenía que ser un mero ejercicio de disipación con base a una X-Box 360, se ha convertido en un proyecto tuning de gran envergadura…


Posiblemente, el más grande de cuantos he realizado.

 

Mi buen amigo Jordi (Vegeta) me regaló una X-Box 360 con una avería de placa madre. Me la cedió para que investigase con ella, y así lo hice…

 

La idea principal era repararla e intentar que, a base de cambiarle los disipadores y el sistema de refrigeración, durase.


Desde un principio, pensé meter la 360 dentro de un mueble de PC ASUS y, de esta manera, con espacio suficiente, poder refrigerarla a conciencia.

 

 

El ejercicio consistía en cambiarle los disipadores y forzar un canal de aire gracias a dos ventiladores de gran diámetro.


Como podréis ver en las siguientes fotografías, lo primero que hice fue reparar la placa madre de la 360 y fijarla en la pared trasera del PC.

 

Hice un agujero en dicha pared para poder manipular los muelles de los disipadores con mayor facilidad.

 

Los disipadores, todo y llevar el inferior a la lectora modificado por Microsoft, los cambié para asegurar un buen funcionamiento. Bueno, puntualizando mejor, sólo modifiqué el inferior a la lectora, ya que el otro, sinceramente, lo veo bastante correcto.


Recordemos que el principal problema de las 360 de primera hornada, a parte de ese minúsculo disipador, es que no disponen de un buen circuito de aire, por lo que, con solo modificar uno de los dos y forzar un buen caudal de aire, la consola debería soportar bien la temperatura.

 

Para modificarlo, cogí uno de estándar de PC y le coloqué los cuatro pies originales para poder utilizar la misma grapa sujetadora. Si se hace esto, se debe ser muy cauto con hacer los agujeros en el sitio justo y en controlar, al milímetro, la separación de los mismos.

 

 

El procedimiento correcto (en plan abreviado) es la siguiente:

 

-Sacar, en primer lugar, los pies del original (van roscados) y, a éste, taladrarle los agujeros hasta el final. Con esto conseguimos una plantilla para poder marcar, fácilmente, los nuevos.

 

-En segundo lugar, deberemos colocar uno encima del otro (tocándose por la parte lisa) y marcar con una punta o broca pequeña. Debemos marcar justo en el centro del agujero, ya que si lo hacemos torcido no nos coincidirán los pies con los agujeros originales de la placa.

 

-Seguidamente, debemos hacer cuatro agujeros de 3’5mm y pasarles un macho de 4mm (para hacer buena rosca). En caso de no tener macho, podemos hacer la rosca con un tornillo de 4mm, eso sí, centrándolo bien y poco a poco.

 

-Una vez tengamos las roscas hechas, ya podemos enroscar los pies originales. Debemos controlar bien la distancia con el disipador para que nos haga buen contacto con el chip. Por regla general, no se debe roscar toda la rosca. Además, podemos optar por meter un poquito de pasta fijadora en ellos.

 

-Una vez tengamos los pies en su sitio, como siempre puede haber un pequeño desfase entre estos y los agujeros originales de la placa, pasaremos una broca de 5 o 5’5mm a la placa madre (agujeros de sujeción de disipador). Esto lo haremos para ganar un mínimo de tolerancia.

 

Una vez tuve el disipador ajustado, pasé a fijar la placa madre al mueble de PC.

 

Previamente, había pensado en colocar la fuente de alimentación dentro del propio mueble. La fijé en la parte superior para evitar que su calor desprendido afectara al rendimiento general del conjunto. 

 

 

Llegaos a este punto, con la fuente fijada y la placa madre ajustada y montada, me di cuenta de un pequeño error. No había dejado espacio suficiente para colocar el disco duro, ni que fuese desmontándolo, ya que su conector quedaba en la parte inferior.

 

Como aún no sabía como terminaría el invento y, por suerte, la 360 funciona perfectamente sin HD, pensé meter un “memory card”, para las partidas y tirar del lector para los juegos.

 

Para fijar la fuente de alimentación dentro del mueble y que sus cables no estorbasen, corté y soldé los salientes a la propia placa (anulando el conector).


En la parte de 220v, también le soldé dos cables y los llevé donde, hipotéticamente, estaría ubicado el interruptor general. 

 

 

NOTA: Para soldar los cables, corté el conector macho, pelé sus cables, lo conecté y busqué continuidad, con un téster, entre estos y la placa. De esta forma, supe dónde debía soldar cada uno. 

 

Referente al lector, tenía claro que lo colocaría en el frontal del ordenador, ya que sus medidas coinciden bastante con un estándar de PC. Es ligeramente más pequeño aunque, para que quepa en el agujero, se le deben acortar sus patas.

 

No obstante, el hecho de fijar la fuente de alimentación en la parte superior, hizo que, obligatoriamente, me sobresaliera más de lo deseado… 

 

Amigos míos, llegados a ese punto de la modificación, saltó la sorpresa… Hablando, de nuevo, con Vegeta, me comentó que si quería, también tenía una Ps3 con el fallo de luz amarilla. Evidentemente le dije que sí (en esta desdicha generación, nunca están de más los recambios…), mientras que una loca idea empezó a remover mi mente…

 

 

Una vez la tuve en casa, la desarmé y le apliqué alguna que otra caloría (he, he).  Por suerte, volvió a la vida, por lo que me lancé a la piscina.

 

Meter dos placas madre, de dos consolas incendiarias, dentro de un mismo PC requeriría de una más que buena disipación y, posiblemente de algún otro ventilador extra...

 

Mientras modificaba los, irrisorios, disipadores originales de la Ps3 (de la forma descrita en esta misma web), volví a centrarme en la colocación de los componentes.

 

 

Las dos consolas se darían las manos (por sus disipadores) en la zona central del mueble y ahí sería donde los tres ventiladores deberían actuar: uno para meter aire fresco dentro el mueble, otro para forzar el paso por los disipadores y, el tercero, sería el encargado de la extracción general (al ser de gran diámetro, los tres juntos hacen menos ruido que la lectora de la 360…).

 

 

Una vez estudiado el circuito de aire y la colocación de ambas placas, vino el montaje. Una peculiaridad del mismo, es que tuve que girar el lector de la Ps3 para poder insertar y extraer el disco por detrás, ya que el frontal del PC estaba sobrecargado.

 

Además, su cable plano de datos, me dificultaba mucho el poder alejarlo de la placa madre, por lo que, para terminar con éxito tal movida, tuve que desmontar la plaquita lectora, girarla y dejarla libre, ya que sino el cable plano tampoco llegaba. 

 

Con la sierra, la lima, algunos tornillos, mucha paciencia, el soldador* y algo de silicona fuerte, la cosa fue cogiendo forma

 

 

* El soldador, a parte del uso lógico y necesario, lo usé para alargar, inevitablemente, algunos cables.


El cable de alimentación de ambos lectores, la plaquita frontal de mando de la 360 (de origen queda quedaba justo en medio del circuito de aire), los USB originales del ASUS, los finitos cables del detector de disco de la Ps3

 


En la botonera del aparato, hay cuatro pulsadores, dos de reales y dos de virtuales*. Los reales son para la 360 y responden al power y al eject. El botón original del ASUS es utilizado para la función de “sincronismo de mandos”. 

 

* Los virtuales, son para el power y el eject de la Ps3.

 

Digo virtuales, porqué como seguro sabréis, la Ps3 no tiene pulsadores para dicha función, sino sensores de tacto / térmicos.


Quedé helado, aunque en cierto modo es lógico, al comprobar que si soldaba un cable en dichos sensores de la placa madre, la consola respondía al tacto de dichos cables pelados (por largos que fuesen), por lo que para manipularla no hacían falta pulsadores físicos.


Como ya los tenía fijados en el frontal del mueble, soldé los cables al cuerpo del pulsador (chapa), de esta forma, con solo tocarlos, sin siquiera pulsarlos, ya pasan la orden. Realmente curioso…

 

MÁS FOTOS DE LA CONSTRUCCIÓN

 

 

También comentar que para los ventiladores, usé un transformador de 12 voltios auxiliar, de esta forma, no estiraban de ninguna consola en concreto.


Al enchufar el interruptor general (reciclado de la Ps3), ya se activan los ventiladores y luego podemos encender cada consola por separado o, aunque no demasiado útil, a la vez, pues son dos sistemas independientes.

 

(Pequeño paréntesis) Conclusiones del ejercicio de disipación

 

Tras una hora de funcionamiento:

 

Tanto si tenemos las dos consolas encendidas por separado como juntas, la disipación es muy correcta y los cuatro disipadores se mantienen muy estables. Se notan calientes pero nada preocupante.


Al funcionar por separado, la cosa aún mejora más y apenas se nota temperatura en ellos.

 

Tras una prueba de cinco horas seguidas de funcionamiento:

 

La 360 respondió maravillosamente y su temperatura se mantuvo muy estable en todo momento (juego insertado y repitiéndose su intro).

 

La Ps3, no pasó la prueba…  Su temperatura, tras una hora y media, también se mantenía muy correcta (HDMI y juego repitiendo intro), sin embargo, en una de mis múltiples comprobaciones de temperatura (mediante tacto en los disipadores), dejó de funcionar.


El problema, según mi entender, es que con la reparación quedó tocada y al solo mover un poco más de la cuenta el conjunto disipador, algunas bolas de soldadura de sus disipadores dejaron de hacer contacto.


Una verdadera pena porque la cosa prometía mucho...

 

Sin embargo, el proyecto me había cautivado por completo y, lejos de darme por vencido, me acordé de la mítica frase de Terminator: VOLVERÉ...

 


Con, casi ni tiempo de escribir estas líneas, me acordé de un compañero que tenía una Ps3 con fallo de lector. Se la compré por 40 euros y volví a las andadas.

 

La cosa ya estaba terminada, por lo que, con el simple cambio de placa madre y placa lectora (recordad que deben ir juntas), el conjuntó volvió a ser 100% funcional.


VERSIÓN 1.0


Amigos, a partir de aquí, mi autoexigencia y la mala suerte se unieron para jugarme alguna que otra mala pasada….

 

Me satisfacía el resultado todo y ser, estéticamente, bastante feo. La buena disipación de ambas máquinas junto al “reducido” tamaño del conjunto ya era todo un logro, sin embargo, otra idea desordenó mi mente.

 

Imaginé una Playstation 3 + una X-Box 360 + una TV para poder disfrutar del conjunto en cualquier sitio, con solo enchufar un cable.

 

Después de barajar un par de opciones, opté por un monitor viejo que, por medidas, me cuadraba bastante con la pared lateral del ASUS.


 

Dicho monitor tenía la peculiaridad de llevar altavoces incorporados, cosa que me solucionaba, de una tajada el tema del audio.


Modifiqué su plaquita electrónica para poder conectarle dos entradas VGA, así como dos entradas de audio en formato RCA. 

 

De la 360, ya disponía de un cable VGA, cosa que, en parte, me animó a utilizar un monitor como pantalla. El problema vino con la Ps3. Cometí el error de comprar, por Ebay, un cable conversor directo de HDMI a VGA.

 

Mientras lo esperaba, me informé y caí en el error. No es posible transformar una señal digital a analógica sin electrónica pesada, por lo que dicho cable no me funcionaría. “…se venden sí, pero no funcionan….” Me dijo un compañero que entiende del tema. 

 

Así mismo, leí que la única opción era sacar VGA por el conector clásico de vídeo, sin embargo, la Ps3 tiene una nefasta calidad de vídeo por ese canal y, más, conectada a un monitor de dudosa calidad.

 

Mientras todas esas dudas rondaban en mi cabeza, pero aún con la ingenua esperanza de que el cable funcionase, fui construyendo la idea, pues la calidad mostrada en VGA por la 360 me gustaba bastante.

 

Así lucía el conjunto, totalmente terminado, a esperas del cable conversor HDMI – VGA para Ps3.

 

 

Sin embargo, el destino me tenía preparado otro revés…

 

Cuando ya daba por finalizado el invento, incluso había ya pegado algún adhesivo, la 360 me regaló unas sutiles e inexplicables luces rojas...

 

¿El motivo de tal desaire? Pues que durante el colgado de la pantalla y, a consecuencia, la manipulación de la pared trasera del ordenador, así como la posible torsión, más que leve, de la placa madre de la consola, había propiciado que, igual como había pasado con la Ps3, las soldaduras volvieran a fallar.

 

Aquí sí vino un bajón de moral importante, y ni siquiera Terminador me motivaba…

 

Tras un par de días de reconciliación mental, decidí tirar adelante y terminar, costara lo que costara, la modificación que debía coronar mis hazañas en terreno tunero.

 

Miré precios de X-Box 360 por Ebay y luego pensé: “… ya he cambiado la Ps3 por una de buena, y ahora, ¿debo comprar una 360 barata, estropeada o a saber en que estado para volver a tener problemas?...”

 

Al final, decidí darle a la modificación, todos los medios necesarios para que pudiera presumir, orgullosa, de ser la última realizada por Briconsola.

Cogí la 360 de mi santuario (último modelo grande con HDMI) y desmonté nuevamente todo el conjunto.


Más de 5 horas, de un domingo por la tarde, junto a un principio de crisis nerviosa fueron el precio a pagar para alcanzar este resultado:

 

 

Dos placas madre en perfecto estado de funcionamiento, junto a una TV (Full HD 19”) y un circuito de aire realmente eficiente, convierten este híbrido, de nombre IRIS 3.60, en el último tuning de Bricoman.

 

Amigos, estoy harto de problemas. Cuando uno sobrepasa sus límites y se da cuenta, lo que debe hacer es dejarlo.

 

Éste, es sin lugar a duda, el tuning más caro que jamás he realizado, ya que, sumando solo la 360 y la TV, supera con creces los 300 euros… Tiene un frontal y una estética general que se podría mejorar, sin embargo la calidad de imagen y la funcionalidad del conjunto lo hacen especial.

 

Ahora, una vez lo he conseguido, ya no me importan las horas dedicadas, el sufrimiento y la rabia de tener que desmontar el conjunto tres veces y, si mucho me apuráis, tampoco me importa el dinero invertido (ya que pienso disfrutarla).

 

Lo que realmente me importa, es la aberrante sensación de perder una tarde de domingo, cargado de nervios y cansancio, mientras oía, en el piso de arriba, a mi hija de dieciséis meses, gritando “papá”...

 

Hay momentos en la vida, en los que uno debe elegir y yo ya lo he hecho: elijo menos tunings, menos reparaciones, menos trapicheos y más estar con los míos…

 

NOTA: Esto lo escribí en su día convencido (nótese la rabia en las palabras) y, aunque en cierto modo ha sido así (abandoné muchos proyectos), aún hoy sigo tuneando… Es algo que jamás se puede dejar del todo…

 

Galería de fotos finales y vídeo de funcionamiento

 

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